viernes, 21 de octubre de 2011

De las Ruinas a la Transformación




En uno de mis blogs conté que en el libro Comer, Rezar, Amar, hacen un lindo análisis sobre la manera en que un lugar en ruinas, al resistir a los fuertes cambios, ha logrado transformarse millones de veces.
Ese lugar queda en Roma y es el "Agusteum".

En la película, esta idea está representada por una pareja que juntos miran al techo, ella llora y él le dice:

- ¿No podemos simplemente quedarnos juntos, aun sabiendo que somos infelices, que ya casi no tenemos sexo, que peleamos constantemente?. ¿Quedarnos juntos por el sólo hecho de que no queremos separarnos porque nos queremos y porque no imaginamos la vida sin el otro?

Y, luego de su experiencia en Roma, ella se sienta en la computadora. Y le contesta: “No. Los dos nos merecemos algo mejor”.

Voy a volver a repetir esta frase “ No. Los dos nos merecemos algo mejor”

Sin ir más lejos, comencé a vagar en la idea de por qué muchas personas se quedan junto a otras sin ser del todo felices, y, como bien dice la frase, cada pareja es un mundo. Preferí hablar sobre lo que sé. El no soltar a tiempo.

Dedico este cuento del gordo Bucay a mis grandes amigas, que compartimos lo maravilloso y costoso de " no saber soltar aquellos a que amamos profundamente que ya nos soltaron a nosotras hace tiempo".


Había una vez un hombre que estaba escalando una montaña. Estaba haciendo un escalamiento bastante complicado, una montaña en un lugar donde se había producido una inmensa nevada. Él había estado en un refugio esa noche y a la mañana siguiente la nieve había cubierto la montaña, lo cual hacia mas difícil la escalada. Pero no había querido volverse atrás, así que de todas maneras, con su propio esfuerzo y coraje, siguió trepando y trepando por esa empinada montaña. Hasta que en un momento determinado, quizás por un mal cálculo, puso el pico de la estaca para sostener su cuerda de seguridad y se soltó el enganche. El alpinista se desmoronó, empezó a caer a pique por la montaña golpeando salvajemente contra las piedras en medio de una cascada de nieve. Pasó toda su vida por su cabeza y cuando cerró los ojos esperando lo peor, sintió que una soga le pegaba en la cara. Sin llegar a pensar, de un manotazo instintivo, se aferró a esa soga, miró hacia arriba pero todo era ventisca y nieve cayendo sobre él. Cada segundo parecía un siglo en ese descenso acelerado e interminable. De repente, la cuerda pegó el tirón y resistió. El alpinista no podía ver nada pero sabía que por el momento se había salvado. Trató de mirar a su alrededor, pero no había caso, no se veía nada. Gritó dos o tres veces, pero se dio cuenta de que nadie podía escucharlo, pensó en escalar la cuerda hacia arriba para tratar de llegar al refugio pero era imposible. De pronto, escuchó una voz que venía desde su interior que le decía "SOLTATE". Pensó que soltarse significaba morirse en ese momento. Era la forma de parar el martirio. Pensó en la tentación de elegir la muerte para dejar de sufrir. Y como respuesta a la voz, se aferró más fuerte todavía, y la voz insistía "soltate, no sufras más", y una vez más el impulso a aferrarse era más fuerte aún. La lucha siguió durante horas, pero el alpinista se mantuvo aferrado a lo que pensaba que era su única oportunidad. Cuenta esta leyenda que a la mañana siguiente la patrulla de búsqueda y salvataje encontró un escalador casi muerto. Le quedaba apenas un hilito de vida. Algunos minutos más y el alpinista hubiera muerto congelado, paradójicamente aferrado a una soga...........
 a menos de un metro del suelo.

Y digo que a veces no soltar... es la muerte.


Me gustó este cuento pero más por como terminó.

"A veces la vida está relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvó".

Lo comparto con mis amigos, mi familia, mis buenos conocidos que son hermosas anfetaminas, hermosos bastones, psicólogos, grandes escuchadores, y hermosos osos de peluche.

Aunque viendo como viene el panorama nadie asegura que estén siempre a mi lado, pero en la medida que pueda, los cuidaré de la mejor forma posible.

Todos me mimaron, porque todos saben lo que me duele soltar... cuando amo, cuando quiero y cuando entrego.



BET